LITERATURA ROMÁNTICA
En la literatura del siglo XVIII
nos encontramos con el surgimiento de una corriente artística que se basa en el
individuo, en las emociones y en los sentimientos más humanos. Nos referimos al
romanticismo, un movimiento que influyó sobremanera en la gran mayoría de las
artes como, por ejemplo, la pintura, la música y, por supuesto, la literatura.
Orígenes del romanticismo literario
Antes de entrar de lleno y hablar
sobre las características del romanticismo literario es importante que
comprendamos por qué surgió esta nueva corriente filosófica y artística que
influyó tantísimo en la sociedad de la época.
En la Europa del XVIII fue cuando
apareció el romanticismo, una nueva corriente que apostaba por una estética
distinta, una filosofía nueva y una nueva manera de hacer y entender el arte.
Veníamos de la época de la Ilustración, un periodo en el que triunfó la razón y
el humanismo dejando, a un lado, las emociones, los sentimientos y los sueños.
Por tanto, como respuesta a este
mundo tan pragmático, apareció el romanticismo, una apuesta para el
"yo" subjetivo y por la exaltación de las emociones y del mundo onírico.
Se hizo un regreso al pasado, al folklore nacional y a las tradiciones para
encontrar la individualidad del país y sus características. Esto hizo que
hubiera un florecimiento del nacionalismo y una vuelta al mundo grecolatino y a
la Edad Media.
8 características del
romanticismo en la literatura
Entremos ya en materia y
destaquemos cuáles son las características del romanticismo literario. De esta
manera, podremos aprender a detectar si un texto o un autor se adscribe a la
corriente romántica que tanto influyó en el XVIII y XIX.
Cómo ya hemos dicho, se trata de
un movimiento que reaccionó en contra del materialismo y de la racionalización
ilustrada. El "yo" subjetivo se puso al mando y la realidad que se
explicaba estaba siempre pasada por el filtro y la perspectiva del poeta muy
emocional, con sentimientos a flor de piel y muy sufridor.
Aquí te dejamos una lista con las
características principales del romanticismo para que puedas conocerlas mejor:
Individualismo
En el romanticismo se apuesta por
una vuelta al individualismo tanto personal como social (de hecho, por eso hubo
un resurgir de los movimientos nacionalistas y una revisión de las
tradiciones). El poeta coge de nuevo las riendas del discurso poético para
expresar sus sentimientos, sus emociones y dejar testimonio de la belleza
efímera de la vida.
Importancia de las emociones
El discurso de los autores
románticos se transforma por completo con respecto a la tendencia anterior.
Ahora no se trata de reflejar un mundo objetivo y real sino de ofrecer una
proyección de sus propios sentimientos en la obra de arte. Las creaciones
románticas se pueden considerar como un reflejo del interior de los poetas o de
los artistas que aprovechan elementos de la realidad para dotarlos del
significado que ellos mismos buscan.
La influencia de la naturaleza
Una de las características del
romanticismo literario más destacadas es que, ahora, el paisaje natural que
aparece en las obras artísticas está totalmente supeditado al estado de ánimo
del autor. Es decir, si están inmersos en una emoción triste, los paisajes que
pintará o que describirá irán en comunión a esa emoción y sentimiento; y lo
mismo si se encuentra feliz y alegre. Por tanto, la naturaleza ya no se
presentará de modo objetivo sino que, siempre, pasará el filtro de la emoción
del artista que la moldeará según sus propios sentimientos.
Artista rebelde
Normalmente, el artista romántico
se caracteriza por ser un incomprendido y por rebelarse contra la sociedad.
Suelen vivir apartados del mundo ya que no sienten que nadie puede comprender
su extrema sensibilidad y que todo el mundo puede hacerles daño. No viven
acorde a las reglas sociales porque ellos solamente se dejan llevar por los
sentimientos y por el amor.
Literatura pesimista
La tendencia general que se
encuentra en los poemas románticos es la del pesimismo. El motivo es que el
autor siente de forma extrema todo el pesar del mundo, vive con una perenne
hiper-sensibilidad que le impide ser plenamente feliz. La melancolía, la
tragedia y los sentimientos encontrados son propios de los autores románticos.
Ansia de libertad
Otra de las características del
romanticismo literario es que los artistas, con sus obras, lo que buscan es la
libertad. La libertad de expresión, de sentimiento y de comunicación. No siguen
las normas sociales ni las premisas académicas, se dejan llevar únicamente por
sus emociones y, por tanto, están en constante búsqueda de esa libertad
creadora que deje atrás el predominio de la razón neoclasicista.
El "yo" pasa a un primer plano
Con la literatura romántica nos
encontramos con una vuelta al individualismo y, por tanto, a la subjetividad.
La realidad externa ya no importa tanto sino que cobra una gran importancia las
emociones internas, la perspectiva de cada poeta y cómo siente y vive el mundo.
El antropocentrismo vuelve a invadir el arte.
Exaltación de la imaginación y la fantasía
También es propio del
romanticismo evocar situaciones y escenas que parecerían sacadas de cuentos de
hadas. Durante este periodo se vuelve a potenciar la fantasía y la imaginación
dejando a un segundo plano la realidad simple y llana.
A continuación te presento un gran escritor del romanticismo
William Shakespeare (pronunciado [ˈwɪljəm ˈʃeɪkspɪə(ɹ)] ;
Stratford-upon-Avon, Warwickshire, Reino de Inglaterra, c. 23 de abril de
1564jul. - ib., 23 de abriljul./ 3 de mayo de 1616greg.)1 fue un dramaturgo,
poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon (o
simplemente el Bardo), Shakespeare es considerado el escritor más importante en
lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.
Según la Encyclopædia Britannica,
«Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande de los escritores de
todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de
otros poetas, tales como Homero y Dante Alighieri, o de novelistas tales como
León Tolstoy o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero
ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas
obras hoy se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca.
La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido
por tanto: "Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la
eternidad"»
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